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A dos años de la apertura del Hogar

El 27 de noviembre de 2013 se inauguró la Casa de la Divina Misericordia. En el mes de mayo del 2014, a diez años de la fundación del Hospice y a un año de la inauguración recibimos con alegría nuestro primer huésped.

Desde la fundación del Hospice hace 12 años -2004- asistimos y cuidamos a personas que presentan una enfermedad grave, progresiva e incurable. Hace dos años -2014- abrimos la internación para el hospedaje de pacientes con cáncer en situación de final de vida que no pueden ser cuidados en sus domicilios. En estos dos años, el Señor nos ha permitido cuidar a nuestros huéspedes en la fase final de su enfermedad. A pesar del dolor y del sufrimiento hemos compartido muchas alegrías. Nuestros huéspedes nos han enseñado la alegría de celebrar la vida todos los días. La Hospitalidad y la Misericordia son para nosotros valores esenciales para poder cuidar a las personas frágiles y vulnerables.

En la actualidad, parecería ser que no hay lugar para hablar de “misericordia” en un mundo donde la ciencia y la tecnología se han adueñado del proceso salud-enfermedad. Nosotros estamos convencidos que la ciencia y la tecnología por sí solas, no pueden ayudar al hombre enfermo para alcanzar la plenitud. La “misericordia” nos posiciona frente a la persona sufriente más allá de las necesidades físicas, sociales y materiales. Nos invita a perfeccionar la virtud de la justicia asumiendo que el fin último de toda persona es la plenitud espiritual. Esta plenitud espiritual no se puede lograr por mérito propio sino que necesita de la Misericordia de Dios. La expresión máxima de la misericordia de Dios está en Cristo. De este modo en Cristo y por Cristo, se hace también particularmente visible Dios en su misericordia. Cristo confiere un significado definitivo a toda la misericordia divina. (cfr. Dives in Misrericordia)

En el Hospice somos instrumentos de la misericordia de Dios a través del cuidado amoroso y compasivo. Dios, pudiendo hacer todo sólo, nos invita a participar y ser verdaderos instrumentos de su infinito amor, siendo también Misericordioso con nosotros: “La misericordia divina es una gran luz de amor y de ternura, es la caricia de Dios sobre las heridas de nuestros pecados” –Papa Francisco–

Dr. Cristian Viaggio
Presidente y Director Médico

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