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Papa Francisco

El Papa Francisco, en la Exortación Apostólica, Evangelii Gaudium, nos advierte sobre la “mundanidad espiritual” y “el riesgo de aceptar diversas formas de «espiritualidad del bienestar» sin comunidad,(…) sin compromisos fraternos o por experiencias subjetivas sin rostros, que se reducen a una búsqueda interior inmanentista”.(…) La vuelta a lo sagrado y las búsquedas espirituales que caracterizan a nuestra época son fenómenos ambiguos. Más que el ateísmo, hoy se nos plantea el desafío de responder adecuadamente a la sed de Dios de mucha gente, para que no busquen apagarla en propuestas alienantes o en un Jesucristo sin carne y sin compromiso con el otro. Si no encuentran en la Iglesia una espiritualidad que los sane, los libere, los llene de vida y de paz al mismo tiempo que los convoque a la comunión solidaria y a la fecundidad misionera, terminarán engañados por propuestas que no humanizan ni dan gloria a Dios”.

“Esta mundanidad puede alimentarse especialmente de dos maneras profundamente emparentadas. Una es la fascinación del gnosticismo, una fe encerrada en el subjetivismo, donde sólo interesa una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos. La otra es el neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar. En los dos casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente. Son manifestaciones de un inmanentismo antropocéntrico. No es posible imaginar que de estas formas desvirtuadas de cristianismo pueda brotar un auténtico dinamismo evangelizador”.

Estas sabias palabras de nuestro Papa Francisco, me hacen recordar al sincretismo que hemos llegado muchos católicos a través de “prácticas espirituales” que no son católicas e incluso contrarias a nuestra fe. Es el caso del Rieiki y del Yoga. Como nos enseña el sacerdote y Prior de un Monasterio de Francia, el padre Joseph-Marie Verlinde. “No hay yoga cristiano, sino que hay cristianos que hacen yoga”

– Dr. Cristian Viaggio, Presidente

Esta entrada tiene un comentario
  1. Querido doctor Cristian Viaggio,
    qué bueno que sigas regalando estas reflexiones luminosas, y que van aclarando aquello que es verdadera espiritualidad de aquello que no lo es, y que simplemente pareciera ser moda, de escasa eficacia.
    Espiritualidad católica versus mundanidad, vida plena o sucedáneos, entrega plena u ombliguismo.
    «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida».

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