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Cristian Viaggio

“No hace falta venir a la India para ayudar a los que sufren…”
Madre Teresa de Calcuta

Me llamo Cristian, tengo 42 años y soy médico voluntario del Hospice. Casado hace once años con Bettina y con cuatro hijos: Matías (9), Teresa (6), Faustina (3) y Camilo (1 año y 6 meses). Cuando me recibí, parecía que mi carrera era el fin de mi vida, pero rápidamente me di cuenta que no era así. Comencé a transitar un camino de vacío existencial, de infelicidad, de malestar interior y de angustia, hasta que un día tuve un encuentro personal con Cristo. El mismo Cristo que un día me había hablado al corazón y me había dicho «…que dejara todo y lo siguiera…». Abrumado y confundido, nunca me animé a profundizar este llamado, pero muchos años después se manifiesta una vez más envolviéndome con su amor, al punto que parecía que mi voluntad se fundía con la de Él. Comencé poco a poco a comprender el verdadero sentido de mi vida y sobre todo, el de mi profesión.

Habiendo conocido, a través de la lectura, a la Madre Teresa y la obra que Cristo le había encomendado, sentí una profunda motivación de querer ir a Calcuta. En medio de la preparación y el entusiasmo, por momentos sentía alegría pero a veces me invadía el miedo y la incertidumbre, ¿Ir a la India? ¿Para qué? La respuesta no tardó en llegar: «no hace falta venir a la India para ayudar a los que sufren…» No sabía que esta respuesta, que la Madre Teresa daba en un reportaje televisivo, cambiaría mi vida para siempre.

En ese mismo instante comienzo a desistir de mi viaje para empezar a meditar qué podía hacer en mi ciudad. Pasaron varios años hasta que llegó la respuesta. Habiéndome formado en Cuidados Paliativos y leyendo la Encíclica Evangelium Vitae, de Juan Pablo II, la respuesta había llegado: «fundar un Hospice en Luján». El interrogante siguiente era lógico: «¿con qué recursos?». La respuesta no tardó en manifestarse: «sólo Cristo basta». Junto a Paula y Lorena, en una noche de Adoración Eucarística, en una jornada a favor de la vida, fundamos el Hospice Madre Teresa. Fue así, como abandonados en la Divina Providencia y centrados en Cristo, comenzamos hace siete años atrás a visitar enfermos terminales en sus casas, hasta el día de hoy. Dios nos conceda la gracia y la fortaleza para poder perseverar en esta obra de misericordia y apostolado como camino a la santidad.

Agradezco la infinita misericordia y amor de Jesús, que por intermedio de su madre, María Santísima, no han permitido que muriera en pecado mortal en mi época de apostasía. Llevar a Jesús a los enfermos es hoy nuestra vocación para gloria de Dios y el mayor bien de las personas enfermas, sobre todo, para que no desesperen y puedan tener verdaderamente una «muerta digna» sintiéndose amados y cuidados.

Dr. Cristian Viaggio

Esta entrada tiene 8 comentarios
  1. Cristian te conozco desde que diste tus primeros pasos en tu carrera , trabajo junto a vos ayudando a los
    sufren, se que vas a lograr lo que se te ha encomendado en la vida , Cristo te acompaña .Contá conmigo.

  2. Desde Lobos los acompaño en este hermoso camino, sigan con esta bella tarea de encontrar el rostro de Cristo en el hermano enfermo, pobre entre los pobres. Un abrazo y bendicion. Padre Daniel.

  3. Cristian: Tu actitud transmite la presencia de Dios en tu vida,ojalá que todos los miembros del Hospice podamos,con el tiempo, dar la misma respuesta.
    Gracias por tu entrega!!

  4. Qué linda forma de irlos conociendo en sus motivaciones, anhelos, alegrías y sufrimientos que llevan en el corazón!!

    Un abrazo enorme a todo el equipo de Madre Teresa y cuenten con mis oraciones para lograr «lo más preciado»: su Casa.

    Con cariño,

    carlota alonso
    Casa de la Bondad- Cba
    Manos Abiertas

  5. Bellísimo, Cristian, todo lo que nos compartís. Vos mismo hacés la experiencia de la desproporción de la debilidad de los instrumentos, nosotros, y los frutos enormes y desbordantes, frutos que lo son por una PRESENCIA, la de JESÚS, su gracia y vida. No agrego nada más, sino que me remito a tu reflexión.

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