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Testimonio de Mónica MelanoLlegué al Hospice casi por casualidad, llevada por el deseo de «hacer algo». No sabía muy bien qué, pero sentía la necesidad de hacer algo que ayudara a calmar el dolor de tanta gente. Así comencé, con esta difusa motivación, a buscar qué y dónde.

La muerte de una prima muy querida y mi propia experiencia frente al dolor me impulsaron. Me enteré del trabajo de Paula como voluntaria del Hospice y acudí a ella aún ignorando si mi ayuda podría servir. Pasó bastante tiempo hasta que tuve mi primera entrevista con Gastón y desde sus primeras palabras supe que el Hospice era lo que buscaba.

Saqué coraje y pedí permiso para asistir a una de las reuniones del equipo de trabajo. La experiencia fue muy movilizante: un grupo de profesionales de la salud, preocupados por la situación de cada paciente, aportaba su ayuda y saber de manera absolutamente desinteresada.

Respiré el clima de amor y respeto que se vive en el Hospice y del cual uno se enamora. Supe que quería formar parte de ese grupo fuera de serie aún con lo poquito que yo pudiera ofrecer.

Este es el cuarto año de mi voluntariado. Comencé participando del valioso curso de formación para voluntarios. Hice mis primeras armas junto a Shirley en el taller para enfermos en tratamiento activo. A partir de allí, encaucé mi voluntariado hacia la visita domiciliaria de pacientes que ya no pueden deambular. Siempre me sentí apoyada y contenida por el equipo de trabajo y nuestras reuniones de los miércoles.

Pido a Dios por el Hospice. Más allá de la maravillosa gente que lo integra, del ambiente fraterno, de la actitud solidaria de todos y cada uno, debo agradecer infinitamente a cada familia, a cada enfermo que nos permite acercarnos y acompañarlos en un momento trascendental de sus vidas. Lo que se aprende con cada paciente es único y es un regalo de Dios.

Llegué al Hospice con la idea de brindarme pero, desde el primer instante, nunca dejé de recibir.

¡Gracias a todos los que hacen que el Hospice sea una realidad y siga creciendo cada día!

Atte. Mónica Melano
Voluntaria

Esta entrada tiene 3 comentarios
  1. Gracias Mónica por tu entrega diaria y por tu testimonio, lleno de amor y solidaridad. Que Dios te siga guiando en este hermoso apostolado.!!!

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