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CARTA A LA GENTE DEL HOSPICE MADRE TERESA: «Muchas veces algo tan sencillo como decir gracias parece algo más complicado de lo que en realidad es. Tal vez, sea esa extraña sensación de insuficiente, en fin que una sola palabra no basta.
Pero al hacer memoria y pensar, que al principio creía que después de vivir una situación similar en dos oportunidades anteriores, el camino a recorrer ya era conocido, que ahora veo claramente que estaba confundida y lo mejor que pude hacer es aceptar que necesitaba esa ayuda que aún no conocía hasta que Mamá, mi familia y yollegamos a los brazos del Hospice.
Con el transcurso de los sucesos me fui dando cuenta que me surgían mil dudas, temores de hacer lo incorrecto, y en mi interior se desencadenaban cosas que nos comprendía y tal vez aún hoy no termino de entender. Es en esos momentos cuando uno necesita una luz, un punto de apoyo y fuerzas para seguir adelante y es ahí donde ese maravilloso grupo humano, ustedes, a quien me dirijo, nos guiaron, nos apoyaron, actuaron. Y quizás sea tan simple como eso, sentir que en esos momentos difíciles (para lo que nos estamos preparados), no nos encontramos solos, teníamos con quien compartir nuestra angustia, nuestras incertidumbres, nuestros temores. Y sí, ahí estaban ustedes, Gastón a quien llamábamos a cada rato y consultábamos esas dudas que nos parecían un poco sonsas antes de hablar con Lía o Cristian, quienes cada cual a su modo atendió a Mamá que nunca confió mucho en la medicina. Aún así, Cristian la pesó al vuelo y logró que ella se sincerara y le dijera qué es lo que sentía, y Lía que con su paciencia le dedicaba largos ratos y así logró ganarse su confianza. Ah… Cristina, cuanta energía!…, era increíble cómo cambiaba de humor mi Mamá después de los baños y charlas que mantenía con ella. Una mención un poco aparte me queda para Lorena, que me fue preparando para lo que iba a suceder y m ayuda (hablo en presente porque aún tengo unas charlas pendientes) a entender un poco lo que me está pasando por dentro. En fin como olvidar lo que cada uno hizo por nosotros.
Imagino que estas palabras ya las han oído antes y me gustaría poder aportarles, retribuir el empeño que han depositado en nosotros para que sigan adelante y continúen esta gran obra de bien que han emprendido. Tal vez se pregunten, ¿en qué podemos mejorar? ¿Nos estaremos equivocando en algo? Honestamente no logro ver el vaso medio vacío, sino medio lleno y por eso tal vez no se me ocurre críticas constructivas, pero sí puedo decirles qué es lo que están haciendo bien y con esto quizás haga mías las palabra de la Madre Teresa, `no importa que tan grande o pequeñas sean las cosas que hagamos, sino el Amor que ponemos en hacerlas` y créanme cuando les digo que el Amor que ustedes ponen en esto se nota.
Volviendo al inicio de esta carta, por la contención, el apoyo y sobre todo el Amor que nos brindaron, no una sino dos palabras: MUCHAS GRACIAS.»

NORMA Y FLIA.

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