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Ética del Cuidado Multidimensional

«Sufrimiento, muerte digna y trascendencia»

La mayoría de los pacientes con cáncer, antes de fallecer, deberán transitar un camino de sufrimiento, que muchas veces, se va incrementado a medida que se acerca el final natural. La muerte es vivida como un fenómeno complejo, con alto impacto emocional, con miedos y reacciones que hacen difícil la composición de un pensamiento de esperanza.1

Las diferentes dimensiones del sufrimiento son:

a. Sufrimiento físico: síntomas no controlados, efectos adversos del tratamiento, deterioro progresivo y pérdida de funciones.
b. Sufrimiento psicológico: temor al dolor, a los cambios en la imagen corporal, a la pérdida de autonomía, a la dependencia y a la muerte.
c. Sufrimiento social: temores familiares, falta de recursos económicos, pérdida del trabajo, sentimientos de abandono.
d. Sufrimiento espiritual: se refiere a las preguntas existenciales: ¿Por qué a mí? ¿Por qué Dios lo permite? ¿Cuál es el sentido de la vida y del sufrimiento?

El sufrimiento que presentan los pacientes terminales, y sus familias, es muy complejo y de causa multifactorial. Debemos abordar a la persona enferma de manera integral, tratando de dar una respuesta a cada una de sus necesidades. El misterio del sufrimiento confronta al paciente con la proximidad de la muerte y le permite muchas veces abrirse a la trascendencia; apertura que se canaliza de forma frecuente a través de la fe y la religión. Por eso, como profesionales debemos aceptar el misterio del sufrimiento y de la muerte permitiendo el diálogo integrador entre fe y razón. Todos tenemos un conocimiento limitado sobre el sufrimiento y la muerte.

El fin último de la «existencia personal» es objeto de estudio tanto de la filosofía como de la teología. Ambas, aún con medios y contenidos diversos, miran hacia este “camino de la vida”.2 El hombre con la luz de la razón sabe reconocer su camino pero la búsqueda alcanza su plenitud en el horizonte de la fe. La fe y la razón no se pueden separar sin que se reduzca la posibilidad del hombre de conocer de modo adecuado a sí mismo, al mundo y a Dios.3

Debemos recordar que el bien más preciado que posee el hombre es la dignidad; por ello es esencial el respeto a la misma y el servicio a la persona humana4; al paciente y su familia. Nuestro punto de enfoque está dirigido a ellos como unidad de tratamiento multidimensional, tomando como base de acción la escucha activa de las necesidades, la solidaridad, la verdad y el AMOR hacia el prójimo. La Madre Teresa de Calcuta sostuvo: «No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz».

Nuestra razón de ser está directamente interrelacionada con la entrega sincera hacia nuestros pacientes y familias; brindando todo el apoyo humano y espiritual, porque sabemos que «el hombre es la única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo y no puede encontrar su propia plenitud, si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás (cf. Lc 17,33).»5

Dr. Cristian Viaggio
Magíster en Ética Biomédica

1 SGRECCIA, Elio., «Información para el enfermo incurable» en Vida y Ética, año 9, Nº 2, diciembre 2008, p. 103.
2 Juan Pablo II, Carta Encíclica Fides et Ratio, 2005, p.23.
3 Ibídem, p. 25-26.
4 Cfr. PONTIFICIO CONSEJO DE JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, año 2005, Nº 552.
5 Cfr. PONTIFICIO CONSEJO DE JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, año 2005, Nº 34.

Esta entrada tiene 2 comentarios
  1. Muchas gracias Antonio por tus palabras!!!! Me pone muy contenta saber que el Newsletter gusta y, lo más importante, que logramos comunicar de manera clara aquello que sentimos y hacemos con el corazón!!!!
    Cariños!
    Celeste

  2. He recorrido las seis páginas que envían en esta entrega, una por una, mirando y leyendo. Muy lindo todo el material, desde el reflexivo hasta el testimonial, así como los eventos de la cena anual, del viaje recreativo, de la casa de la Divina Misericordia. Como es un anuncio y apostolado evangelizador tan vigoroso y claro, reenviaré la página a algunos amigos y amigas, aunque por ahí ya lo reciban de ustedes. Como me pidió Cristian, también hice la propaganda pertinente respecto de la cena, aunque ustedes mismos son los que convocan con eficacia, por ser creíble lo que realizan, nada menos que amar a Jesucristo en el enfermo, y con el patrocinio de la beata Madre Teresa de Calcuta.

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