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Teresita Santilli

Durante mucho tiempo me preguntaba qué quería Dios de mí; me había regalado el don de la maternidad, un esposo a quien amar, en fin una linda familia, pero yo tenía la necesidad de buscar algo más para sentir mi vida completa… Un día el Padre Gabriel me habló del Hospice, hice el curso de voluntaria y por un tiempo, por esas cosas que Dios dispone, estuve alejada.

En una de las Tallarinadas del Hospice, los integrantes del mismo subieron al escenario; yo pensé, son tan poquitos y hacen una obra tan grande!!!. A partir de ahí no me separé más, iba a ser una gota de agua más en ese hermoso mar. ¿Qué es ser voluntaria del Hospice? Leyendo el Evangelio de hoy es ser lo que nos pide Jesús “Ustedes son la luz del mundo” (Mt. 5-13,16), ser Luz, eso es lo que quiero ser y esa Luz es la que recibo cada vez que visito a un enfermo.

Cada día que acompaño al paciente y a su familia lo vivo como un regalo que Dios me da, ya que me permite ver el rostro de Cristo y aunque parezca raro decirlo y no poder explicarlo vuelvo a casa feliz-.
Le pido a Dios que me permita continuar esta misión que como bautizado me ha encomendado llevando siempre una actitud de escucha y una mirada que acaricie.
Gracias a todos los profesionales del Hospice; ellos, con su vida como testimonio, han logrado que el Hospice sea también mi casa.

Atte. Teresita Santilli

Esta entrada tiene 3 comentarios
  1. Gracias Tere por sentirte parte de ésta gran familia, como la que somos…
    Sos un ser especial y se nota en su trabajo y dedicación por los pacientes!
    te quiero mucho
    Pauli

  2. Bellísimo testimonio el tuyo, Teresita. Ojalá Dios nos conceda a todos descubrir la alegría de encontrar su rostro doliente y amarlo en cada hermano, para que los demás nos reconozcan como discípulos.

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