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A continuación conocemos la experiencia de Verónica como voluntaria del Hospice Madre Teresa e integrante de la Red de escucha compasiva para personas afectadas por la pandemia del COVID19. Leamos juntos su hermoso relato sobre su obra y gran colaboración en Cuidados Paliativos:

Me llamo Verónica, soy voluntaria del Hospice Madre Teresa desde hace 10 meses.

Sabiendo que existía esta institución en nuestra ciudad, sentí en un momento muchas ganas de colaborar.

Siempre con curiosidad, al pasar miraba la Casa y pensaba qué pasará ahí adentro, cómo será.

Intenté ir una vez y dejé pasar el tiempo, hasta que finalmente me presenté una tarde. Me atendieron muy amablemente y tuve una charla de presentación con dos de las coordinadoras. Les dije lo que podría ofrecer de mí y las ganas que tenía de ayudar.

Comencé en esa misma semana, me recibieron muy cálidamente. De a poco me fui animando, escuchando a mis compañeras con más experiencia.

En estos meses aprendí mucho más de lo que me imaginaba, cuando salgo del Hospice me siento gratificada, llena de amor, del cariño transmitido por los huéspedes y familiares, de los que aprendemos diariamente.

Hoy, con este poquito tiempo, me siento feliz, plena, siento ganas de capacitarme, de poder aprender un poquito más en el curso para voluntarios. Sé que en esto no estoy sola.

Lo que puedo dar no es mucho en comparación con lo que recibo, lo que me llevo cada semana de cada huésped… ¡Cuánto que aprender!

¡Tengo una sensación extraña en mí! Era este el momento, no antes. El Señor me va guiando, indicando el camino, y yo quiero continuarlo, quiero seguir siendo útil, continuar en esta gran “familia” que me abrió sus puertas.

Pongo todo de mí a disposición de los huéspedes, cariño, amor, comprensión, silencios, escucha, compañía. Actualmente lo hago formando parte del equipo que integra la Red de escucha compasiva para personas afectadas por la pandemia del COVID19.

Hoy digo gracias, gracias Señor por pertenecer al Hospice Madre Teresa, donde puedo compartir con profesionales, enfermeras y voluntarios esta hermosa labor y haciendo, tal vez, cosas impensadas años atrás. No creí que llegaría a tanto.

Deseo que el Señor me siga acompañando y poder seguir. ¡Que siempre ilumine nuestra misión!

Verónica Leopardi,
Voluntaria.

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