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El voluntariado es uno de los ejes principales de la ética del cuidado al final de la vida. Un voluntario es toda persona que presta un servicio de manera desinteresada a otra persona o a la comunidad. Desde el Hospice Madre Teresa tratamos de conjugar la capacidad profesional con el amor generoso y gratuito, intentando elevar los sentimientos de simple filantropía a la altura de la caridad de Cristo.

Nos esforzamos por cultivar valores como la Caridad, la Misericordia y la Solidaridad, principios esenciales que sostuvo la Madre Teresa de Calcuta durante toda su vida en pos de los más pobres, sufrientes y desamparados. Asimismo ponemos de manifiesto el compromiso diario de transmitir otros valores como la verdad, la justicia y la libertad, que nacen y se desarrollan de la fuente interior de la caridad.

El voluntario católico debe esforzarse por desarrollar una ética del cuidado que ayude al enfermo a morir en plena dignidad.

Padre Nuestro, Dios Todopoderoso: nosotros, los voluntarios del Hospice Madre Teresa, nos reunimos en tu presencia para suplicarte derrames Tu Misericordia sobre los enfermos. Mira, Señor, con benevolencia a quienes se acerquen a ésta, nuestra casa, en busca de ayuda.

Divino Maestro, Sagrado Pastor: ilumina a los profesionales que desde aquí los asisten, sostenlos en su vocación, fortalece sus decisiones e incentiva su espíritu de servicio.

Espíritu Santo, Soplo de Dios: auxílianos en nuestro voluntariado, otorgándonos humildad y deseos de aprender. Procúranos la palabra y el gesto que cada enfermo necesite.

Madre Inmaculada, Virgen del Dolor: nosotros, tus hijos del Hospice Madre Teresa, te rogamos nos bendigas, consolides nuestro grupo de trabajo, mires a nuestros enfermos y nos socorras para acompañarlos, dignamente, en el camino hacia tus brazos.

Madre Teresa de Calcuta: que, como servidores, seamos “verdaderos portadores del amor de Dios en el mundo”.

Nuestra Señora de Luján: ruega por nosotros. Amén.

Ser voluntario del Hospice Madre Teresa

El voluntariado en el Hospice Madre Teresa está abierto a todas las personas de buena voluntad que quieran comprometerse con la ayuda solidaria y gratuita a los enfermos en situación de final de vida. Para ser voluntario del Hospice no es necesario ser creyente, sino tener el compromiso y la convicción humanística de las necesidades que tiene la persona que sufre de cáncer. Hay valores que son universales como la compasión, la generosidad y la solidaridad que pueden ser desarrollados por toda persona capaz de comprometerse con las necesidades del que sufre.

Ser voluntario no es una cuestión de sentimiento superficial y pasajero, sino una verdadera actitud de compromiso con el prójimo. Esta opción personal, requiere una buena formación ética y conlleva implícitamente una renuncia a algo propio para darlo a los demás.

El voluntario comprometido con una institución debe adherir a la ética institucional y encarnar los valores que forman parte de la Visión y la Misión de dicha institución. Debe desarrollar en un alto sentido la caridad fraterna para poder, no sólo convivir con el resto de los voluntarios, sino para crecer espiritualmente a nivel individual y comunitario.

En el Hospice Madre Teresa, a los voluntarios católicos que viven esta experiencia como apostolado, en comunión con la Iglesia y por motivos auténticamente evangélicos, los invitamos a participar de nuestra espiritualidad y a reafirmar el compromiso con Cristo.

Desde el Hospice no hacemos convocatorias masivas, preferimos que las personas se acerquen invitados por otros voluntarios o a través de su presentación espontánea.

Una vez que el interesado se acerca al Hospice se inscribe para ser voluntario. Luego, los invitamos a un desayuno informativo y les explicamos en qué consiste ser un «voluntario hospice». En este desayuno insistimos en nuestra visión y misión, en nuestros valores y, sobre todo, en la identidad católica de la institución. También, se explican las distintas actividades que realizamos, el funcionamiento de la institución y del tiempo mínimo que deben disponer para un verdadero compromiso responsable.

A partir de este desayuno informativo se les pide que reflexionen sobre todo lo presentado. Una vez que han realizado un discernimiento prudente, se coordina una entrevista de admisión con las coordinadoras del voluntariado para definir la incorporación a las actividades diarias, comenzando un proceso de formación continua.

    ¿Querés ser voluntario del Hospice? Completá la solicitud.












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