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Los Cuidados Paliativos mejoran la calidad de vida de pacientes con enfermedades avanzadas. Sumado a ello, se incluye a las familias, alivianando el sufrimiento mediante la identificación, evaluación y tratamiento temprano de síntomas físicos, así como también psicosociales y espirituales.

El Cuidado Paliativo debe su nombre a la palabra «paliar», que significa aliviar, mitigar, dar alivio temporáneo sin intención de cura. Es el cuidado activo de los pacientes cuyas enfermedades no responden al tratamiento curativo.

En el tratamiento se realiza el control de los síntomas (dolor, vómitos, disnea) y se intenta reducir los problemas sociales, psicológicos (ansiedad, depresión, trastornos cognitivos) y existenciales (miedo a la muerte inminente, remordimientos, falta de esperanza, vida conflictiva). Además, la familia está incluida en la unidad de tratamiento, ya que los miembros no enfermos también necesitan asistencia para pasar la experiencia de tener un familiar atravesando una enfermedad terminal y para manejar las emociones negativas que sufren diariamente.

La filosofía de los Cuidados Paliativos es de alivio y confort: se ayuda al paciente a vivir sus últimos tiempos, y a morir con el menor sufrimiento y, por sobre todo, con dignidad.