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Psicología y dignidad en el final de la vida

«Necesito que se comprenda mi sufrimiento y que me acompañen en este proceso para poderlo llevar mejor. No es sólo dolor lo que siento. Necesito que se me crea y que no me traten como si supieran lo que me conviene, pero lo más importante, quiero que veáis en mi la persona globalmente, no como una enfermedad, una tragedia o un cuerpo frágil».

La persona que vive una situación de enfermedad prolongada, incurable e irremediablemente progresiva pierde naturalmente su independencia y el control sobre su vida. La enfermedad terminal para quien la padece es una vivencia profunda y constituye una crisis de toda la persona por lo que es causa de sufrimiento.

Desde la óptica del sufrimiento, lo importante no son los síntomas en sí mismos sino el grado de preocupación que los mismos suscitan en el enfermo. Para él, no se trata sólo de «tener» una enfermedad, sino que la enfermedad lo vuelve un “ser” enfermo lo cual produce un fuerte impacto psicológico y espiritual. Una cosa es sentirse enfermo y otra es sentir que está amenazada la persona misma. Esto puede llevar al sujeto a sentir que por haberse enfermado ha perdido su dignidad, siendo que la persona como espíritu encarnado tiene valor por lo que es y no por lo que hace o las capacidades que posea. Estar enfermo no es únicamente un déficit, una falta, sino otro modo de estar en el mundo y de lidiar con la propia existencia, un modo igualmente digno, a pesar de todo.
En esta línea conceptual el psiquiatra canadiense Chochinov ha desarrollado un modelo de dignidad en la terminalidad que propone que se incorpore el concepto del ABC y D para el cuidado de enfermos terminales o con riesgo de morir. En este caso el ABC se refiere a actitud, comportamiento y compasión (Attitude – Behaviour – Compassion), a lo cual agrega la D de diálogo:

  • Actitud cercana sin juicios previos ni intuiciones.
  • Conductas concretas que expresen bondad.
  • Compasión como virtud y comprensión de lo que está viviendo el enfermo.
  • Diálogo como elemento básico de empatía que permite conocer al enfermo escuchando lo que él expresa.

Comprender el significado que la enfermedad tiene para el enfermo es una condición necesaria para poder ayudarlo, ya que posibilita indicar tratamientos adecuados y proporcionados, planificar el cuidado de acuerdo a las necesidades personales del paciente y atender a las necesidades familiares. De este modo se estará aliviando el sufrimiento, respetando la dignidad de la persona y favoreciendo su muerte en paz.

«Tú me importas por ser tú, importas hasta el último momento de tu vida y haremos todo lo que esté a nuestro alcance, no sólo para ayudarte a morir en paz, sino también para vivir hasta el día en que mueras».
(Dame Cicely Saunders – 1984)

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